Ellos se sobrevivieron.
Él le dijo adiós con los dedos cruzados.
Dejó la puerta entreabierta, pero puso la espalda detrás.
A ella, las quemaduras que le quedaron no fueron por las llamas, sino por las cenizas que nunca pudo apagar.
Toca sobrevivir.
Texto agregado el 15-11-2016, y leído por 167
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Lectores Opinan
15-11-2016
Una experiencia que dejó marca.
Ya son más ricos. Marcelo-Arrizabalaga
15-11-2016
Un trabajo que llema a la busqueda del por que. Interesante, bien. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48
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