Despidiéndome, levantaré
a mi simple y sencillo yo
del seco y desmoronado muro
de lo cotidiano,
y lo llevaré por el prado brumoso
que germina dentro de mí.
Solo quiero entretenerme
hurgando en mi interior.
Son pequeños nuestros ojos
para ver la lejanía
del azul siempre azul.
Me brilla la vida en un rincón del pecho
y se desvanece en confusos lamentos.
Aún así, todavía ahí estaré
con mis aspiraciones y bienaventuranzas,
despidiéndome.
Texto agregado el 13-11-2016, y leído por 115
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
13-11-2016
Por suerte estás aquí para regalarnos bellas composiciones como esta. hipsipila
13-11-2016
Tu interior es una despedida eterna seroma. Vuelves como el ave fenix. deojota51
13-11-2016
Pareciera que siempre estás despidiéndote, sin embargo: "Me brilla la vida en un rincón del pecho"...Por suerte! MujerDiosa
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