Muy de noche ya, poco a poco,
pinte con acuarelas viejos árboles queridos.
La copa de un ciprés
y un tronco tan torcido como el viento.
La humeante autopista
me tapó el bosque, las margaritas en flor,
y me desarrajó un ventisquero de cenizas y gasoil.
Entristecí de pronto.
Es feo ver la realidad tras el hollín y el smog
que amuralla la ciudad,
y el campo, y el bosque, y las flores y los ojos
un hombre afortunado
que pinta con acuarelas árboles queridos.
La copa de un ciprés
y un tronco tan torcido como el viento.
Texto agregado el 13-11-2016, y leído por 126
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Lectores Opinan
13-11-2016
Un hombre afortunado que lleva ese ciprés y ese tronco en el corazón. MujerDiosa
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