MI PRIMER TRABAJO
Junio de 2014

Tenía 14 años . De noche estudiaba, ya que por irme de vacaciones me olvide de rendir materias y repetí el 1° año , entonces opte por hacer el secundario nocturno. Comencé a buscar trabajo, luego de un tiempo , conseguí empleo en una vidriería, mi tarea era ayudar a colocar vidrios, primero sacaba sacar la masilla endurecida y los restos de vidrios, limpiaba y luego rellenaba con masilla nueva el marco, ya fuera de madera o hierro donde asentaban los vidrios, después el colocador hacia su parte. Justo en esos días el patrón había ganado una licitación para colocar todos los vidrios en una galería comercial, una manzana toda vidriada. Perdí la cuenta de la cantidad de vidrios que colocábamos por día, pero sirvió para que aprendiera el oficio.
Hacía varios meses que trabajaba, ya practicaba con recortes para aprender a cortar vidrios, y sabia colocarlos solo, cuando llega el camión que traía las enormes placas, que luego cortábamos según las medidas que los clientes requerían. Eran de distinto espesor, color y texturas, median cerca de dos metros de alto por tres de largo. Había que ir sosteniéndolas para ir sacando las que se elegían para bajar. El patrón me pide que me ponga al medio para sostenerlas, e ir sacando de a una, yo , en ese entonces con un físico esmirriado, me negué , es muy peligroso, me van a aplastar. Si no lo haces te echo me dijo, bueno, me voy exclame pero eso no lo hago, y entre al local para retirar mis cosas, el tipo enfurecido entro tras de mí y agarrando una toalla, la enrollo en mi cuello hasta que me desvanecí. Caí debajo de la mesa so donde se tiraban todos los recortes de vidreios , desperté mirando los calzones de una clienta que quería le cortaran un espejo, intente levantarme pero el hijo de puta me retenía aplastado con el pie. Cuando se fue la mujer junte mis libros de estudios , me pago lo que me debía, y le pidió a su hermano, que acababa de salir de la colimba y trabajaba con nosotros que se pusiera al medio de las placas, era un hombre joven más alto que yo y bastante fornido, no obstante, no pudo soportar el peso de las placas que lo aplastaron, produciendo un gran estrepito al romperse y astillarse en mil pedazos , mientras recibía múltiples heridas en todo su cuerpo, por suerte ninguna de gravedad.
Si me apretaban a mí me mataban pensé, mientras me marchaba lentamente, pensando en que le diría a mi viejo para que no se engranara y viniera a fajar al explotador.

Agustín Secreto
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