Siempre estaba allí , sentada , inmóvil ,con la mirada perdida en el horizonte . Su tez grisácea permanecía ajena al viento , al sol , a la lluvia , a la luz de la luna ; el calor o el frío la dejaban indiferente , si es que podía sentirlos .
Un día llegó él ,se enamoró ciegamente de ella , de su belleza , de su aire ausente , de su gesto indolente , de la triste atmósfera que la rodeaba . No podía explicarlo pero se enamoró sin remisión .
La visitaba todos los días ,todos los días le llevaba flores , la besaba ante la mirada atónita de los que por allí pasaban , le declaraba su eterno amor sin importarle la impasibilidad con que ella lo trataba .
El tiempo pasó y el enamorado continuó yendo a visitarla , los años no habían hecho mella en ella aunque platearon las sienes de él , lo habían encorvado bajo el peso de los días , pero en ella no hicieron perjuicio alguno , solo parecía más bella , al menos vista con los ojos de él .
Entonces ocurrió , un día lo hallaron muerto , estaba abrazado a ella ,su cara apoyada en la gris mejilla , sus brazos apoyados en las alas en un abrazo de amor , en sus labios una sonrisa de paz , cómplice ,feliz porque nada los podría separar ...
...Al día siguiente fue el entierro , solo el cura y el enterrador acudieron , acabada la breve lectura se alejaron de la tumba . Al pasar por delante de la estatua del ángel sentado el sepulturero se acercó a ella ,observó como una lágrima resbalaba por su mejilla . El sacerdote preguntó "¿Pasa algo?" y el hombre respondió "Abra el paraguas padre empieza a llover....¿Sabe? por un instante me dio la sensación que la estatua lloraba" . |