Fijamente observo el pálido reflejo que me carcome desde el espejo, percibo todos los relatos de tu ausencia que se ocultaran en cada oscura esquina de los años transcurridos.
¿Verdaderamente lo nuestro fue cubierto por las cenizas del olvido?
No he podido dejar de pensar en todas las cosas que conversamos anoche. Especialmente en el tiempo que hemos visto marchitarse al paso de esteriles conflictos. Aún así las hilanderas del destino parecieran mantener nuestras huellas unidas por un mismo sendero.
¿Será éste nuestro anhelado tiempo?
Mi reflejo sonríe al recordar tu mirada de antaño, mirada que sonrojará tu rostro antes de la rápida huida. Regresan por ti retazos de instantes que se niegan a diluirse en el océano de la omisión.
¿Sabes que este será nuestro inicio?
No quiero ser un pasivo espectador enfrentándose a otra década colmada de incertidumbres y alejamientos. No faltaré esta vez a lo que dicta mi espíritu. Es inevitable decirlo.
¿Nuevamente postergaremos las complicidades?
Has de saber que nuevamente me he enamorado de ti, de tu sonrisa que se ha vuelto mi necesidad, de tu mirada que pinta de felicidad nuestra historia. Las señales en el camino estaban escritas antes de separarnos. Mucho antes de que compartiéramos el viaje de Rae.
¿Enamoras mi alma con los deseos que habitan en tu corazón?