No hay suerte, no hay destino ni zozobra,
tan solo hay experiencia acumulada,
una vida que es siempre improvisada,
pues no hay ningún ensayo en esta obra.
Aquel que acepta el juego al fin recobra
la fe que se perdió en la encrucijada,
después de atravesar una hondonada
y andar con más valor tras la maniobra.
Tal vez se llama suerte a la confianza,
y a la serena entrega cotidiana
que el hombre manifiesta hacia la vida.
También dicen que es suerte la esperanza
de ver salir el sol cada mañana
y disfrutar su luz siempre encendida.
Texto agregado el 04-11-2016, y leído por 231
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Lectores Opinan
30-11-2016
La verdadera suerte es tenerte en loscuentos y poder leer tus sonetos. Voto para que eneste espacio seas declarada la Reina de los Sonetos. Un abrazo. ***** chilicote
05-11-2016
por sus valores desde hoy este soneto figura en mi antologia publicada hoy en mi home semantex