Reencarnación

a noche era fresca y serena, el silencio mágico. En la playa los esposos contemplaban como todos los años la espectacular caída de las estrellas. Al ver las estelas luminosas se podia formular un deseo . “Un hijo! desearon los dos una y otra vez.

***
Las almas esperaban la selección del dia. Algunas ansiaban entrar en el ramo de las escogidas, otras se mantenían pasivas e indiferentes sabiendo que “La Ponderación “ decidía en forma ecuánime y que a todas les tocaría volver a encarnarse.
En el jardín de las almas no existía el concepto tiempo. Ese detalle no las perjudicaba, al contrario, se iban fortaleciendo para afrontar la próxima prueba. Lo importante era llegar a la nueva vida con un sólido bagaje energético.

Un viento sonoro obligaba a las almas a ondular como si fueran algas de una fondo marino. Muchas de ellas, tocadas levemente por un halo de luz, se incorporaban y seguían al viento llegando solas o en parejas hasta la boca del túnel. Asistidas por la memoria cósmica podían reconocer el lugar que les estaba destinado para emprender el largo viaje de nueve meses.

Una vez en la cápsula, recordaban aún todas las veces anteriores que habían emprendido el viaje ,pero poco el olvido cubría con una densa neblina los recuerdos.

***
El alma que ya había sido una vestal griega, un pastor budista en el Tibet , una cruel princesa egipcia y una actriz en la edad media, se acomodó en su cápsula. Poco a poco comenzó a sentir que un enjambre de tubos la rodeaban , le crecían huesos revestidos de una materia suave y delicada. Empezó a moverse curiosa, por la estrecha cápsula….las experiencias pasadas perdían consistencia a medida que que se concentraba en lo que día a dia la iba transformando en un ser humano.
Empezó a escuchar voces. Distinguía entre las otras a una que comprendía bien y que se refería con frecuencia a la criatura que estaba creciendo en su interior. Decía que era un milagro que su esterilidad se hubiera acabado desde esa noche de las estrellas fugaces. ¡Lo deseábamos tanto! decía.

El viaje era largo ,a veces muy incómodo porque el involucro crecía pero la cápsula era siempre del mismo tamaño. La pequeña alma a veces dormía sobresaltada por ráfagas de recuerdos. No sabía cual sería su mision pero esperaba intuirla y cumplirla en el mejor de los modos.
Debía mejorar sus anteriores prestaciones.

En el noveno mes la puerta de la cápsula empezó a dilatarse. Había llegado el momento. Estaba lista para iniciar la nueva misión y mejorar desde el primer vagido el antiguo karma .

El cuento obtuvo el tercer lugar en el reto de literatura fantástica