En el pantano
Veo a través de tus ojos y siento tu
pesar, lágrimas caen por tus tersas
mejillas. Siento tu angustia, estás sola
y no ves salida, encerrada entre cuatro
paredes estás, enclaustrada en la torre
que son tus sinsabores, te mueves sin
cesar.
Deseo más que mí propia vida, ayudarte,
consolarte, darte ánimos y cobijar tu amargura
con mis brazos. Dejar que tiendas tu cabeza en mis
hombros, hombros que te aman y se desarman
en mil pedazos al verte melancólica.
¿Cómo puedo socorrerte? ¿Cómo puedo hacer
que sonrías? ¿Cómo puedo evitar que decaigas
ante hartazgo de vivir? ¿Cómo puedo convencerte
de que eres valiosa e importas? Dímelo, al oído, susúrrame-
Necesito de tu apoyo, desfallezco todas las tardes cuando
el sol se esconde. La negra noche es obscura como la
boca de un lobo y el miedo más fuerte que mis energías
que menguan.
Si, dime lo que sea, pero por favor no me hagas a un
lado, no desdeñes mi mano amiga. Dime lo que sea,
déjame ayudarte. No quiero verte sucumbir, quiero
verte vivir.
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