Esto se lo afané a Zumm. El muy boludo cree en fantasmas...

2 de Noviembre (Día de difuntos)

Ya muchos de ustedes saben que vivo en Derqui, en el partido de Pilar y que existe un Bosque que suelen frecuentar algunos escritores famosos fallecidos, creo que para vacacionar.

Personalmente he tenido muchos encuentros con ellos. Con algunos he charlado hasta por los codos y otros no me han dado ni la hora.

Emile Zolá es un conversador infatigable y me habla y habla aunque yo no le entiendo ni una pepa, porque no sé franchute.

Borges es otro amigable y además era, mejor dicho es hincha de River. No me podía creer que a Carrizo, al pibe Carrizo le dimos el olivo por varias razones…

—¡Con ese apellido — se lamentó

Ya van cuatro años que se me ocurrió una idea, creo que genial.

El Día de los Muertos o sea el 2 de noviembre les ofrezco un concierto de música clásica.

Me voy al Bosque llevando mi viejo tocadiscos Winco a pilas y allí les pongo a todo volumen la mejor música que tengo.

Tengo un montón de vinilos y digan lo que digan suenan mucho mejor que los actuales sistemas Mp3, Cds y toda esa parafernalia tecnológica actual.

Este año empecé con Chopin:

Polonesa Nº 2 Opus 40

Estudio 10 Nº 3

Vals en Do sostenido menor

Fantasía Impromptu Opus 66

Y terminamos con Bach y su Toccata y Fuga en do menor

Creo que fue un magnífico concierto, aunque mi mujer y mi nieto opinaron que era demasiado romántico y se pusieron hechos una furia cuando enfilé camino al Bosque. Ellos creían que había elegido esta música para escuchar nosotros en casa. Son unos incrédulos y no les basta mi palabra de que en realidad los fantasmas de los escritores rondan por el Bosque.

Mi nieto incluso llegó a decir que prefería mi berretín con River Plate en vez de esta locura de escritores muertos y de vacaciones.

No hay nada que les venga bien.

Cuando en el Bosque se escuchaban los maravillosos acordes del Vals en Do sostenido menor que algunos equivocadamente llaman Las sílfides, me pareció ver a una persona que hacía unos pasos de ballet. Juraría que era Oscar Wilde. No me atreví a dirigirle la palabra para no sacarlo de su abstracción. Fue un momento mágico para mí ver a distintas sombras acercarse a escuchar entre los árboles.

¡Vaya a saber quienes estarían!

El próximo año, si es que estoy vivo para entonces le pediré a algunos de Uds. queridos cuenteros amigos que me acompañen. Tampoco quiero ser el único loco del pueblo. Ya es bastante con ser el único hincha de River…