Todo gira en círculos,
No hay tiempos esperando una grieta
por donde se filtre algo parecido a una pausa.
Los inconvenientes círculos continúan
techando la bóveda de la vida,
nada hay que pueda disminuir la extensión
de los círculos, extraviar esa constante
circularidad de un instinto cansado
intentando edificar un detente.
La prolijidad de su trazo
frustra cualquier frívola meditación,
atrayendo un cielo pesado, redondo y cansino.
Cierra sus alas la voluntad,
clandestinamente se va asfixiando
en la esfera de un ambiente materialista,
que la atrofia como una insignificancia.
El templo del yo se pierde
en un imperceptible viento redondo.
De pronto las ideas caducan
y se entiende el giro inacabable de la naturaleza
y lo despótico de aprender que los círculos
no se detienen.
Texto agregado el 27-10-2016, y leído por 129
visitantes. (3 votos)