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ENERGÍA
La energía de aquello de lo que hablo no existe, solo es un encantamiento que pronto llegara a su fin; los privilegios se cierran fáciles, y en cada boca hay un cangrejo fumándose el estómago del pobre hambriento, que busca y rebusca en la basura su jornal.
Podemos ganar premios, participando de la dejadez humana, podemos ser nobles envueltos en papel de seda; pero nunca se sabrá como elegimos ser lo que somos; las condiciones temporales seguirán por un tiempo hasta que se parta la torta gusaneada, y cada gusano dispare por la senda más cercana a esconderse del poderío que intensamente recorrerán los caminos hasta alcanzarlos pisándolos en un rincón con alevosía.
Aquello no es real, es solo una gran cáscara mezclada con mermeladas de varias especies y colores, los resultados están a la vista, las diferencias se tocan, se palpan y aflora el odio e impacta deshojando mariposas, y escachando esas historias contadas al revés sin prejuicio, ni orden.
Que es lo que la energía nos presenta, donde podemos ver ese mapa bien reglamentado, líneas finamente delicadas, sin cruces desprolijos; no hay posibilidad en este entuerto, no se puede compartir ni con el viento del oeste, ni con la fractura lunar, probablemente el capitán de aquel extraño equipo, se estresó en medio de pacífico, hundió su barco, y las margaritas territoriales, no se distinguen en medio de la basura que trae el viento de los pobres.
Nada es verdad, ni el silencio del ave fénix, ni la suculenta comida del rey león, todo se extingue en la niebla del desamor entre hermanos generacionales.
No busquen más fósiles, ya tenemos montones de ello sin quemar, debemos movilizar las piedras hacer una gran hoguera para descartar la basura en su holló encendido, y que su ceniza se deteriore entre la brisa, dejándola adherida a los que aún no comprendieron cuál será su fin.
Queridos lectores, quizás está muy cerrado el texto, y puede que sin querer lo dejara así, creyendo que todos deberían pensar como yo.
Hablo de la energía humana, que injustamente envanecida dispara sin razón para cualquier lado sin encontrar lo que busca, el alma, el espíritu que está muy alejado de lo material.
Alessandrini María del Rosario |