Desde aquí los veo muy distantes pero con ciertas semejanzas.
El Pinal del Zamorano luce hermoso, ésta y todas las mañanas.
A su lado derecho se encuentra el cerro de la paloma,
así le llamamos, solo de broma.
Aquel más elevado es visitado por innúmera gente y toda la mayordomía,
porque ahí habita la Santita Cruz que a todos brinda alegría.
¡Son dos de los cerros de mi Tierra Blanca querido!
¡Son dos cerros, que algún día ya he recorrido!