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Inicio / Cuenteros Locales / vejete_rockero-48 / El Libro (Prólogo)

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_ Escucha, voy a dejar el libro en la recepción del edificio. Allí trabaja gente muy responsable y honesta. No tienes nada que temer. Cuando vengas, tu libro estará allí y podrás retirarlo sin problemas.
_ ¡No, por favor no lo dejes allí!_ Me desespera no tener control sobre lo que sucede _¡Condenado libro!_ Sé con exactitud que se extraviará o algo inesperado tendrá que ocurrir si llegara a dejarlo en algún otro sitio que no fuese en mis propias manos.
Algunas veces intuyo con certeza el futuro de ciertas cosas. Y aquel libro tenía escrito un término que jamás lo hubiese presagiado. Un inesperado final al más estilo tragedia griega. Superando inclusive a la mejor "novela lacrimógena" de Corín Tellado
_ Mira, he viajado varias veces a tu ciudad y por diferentes circunstancias no he pasado a verte. Pero en este viaje sin falta iré a saludarte. Pues deseo saber de ti, conversar, tratar de besarte; ¡buscar el condenado libro también!.. ¡No sé! Hacer lo que el destino nos tenga preparado.
_ ¡No te preocupes! No acostumbro a quedarme con cosas que no son mías_ Respondes algo ofuscada.
_ ¡No te enojes!, es tan solo qué necesito el libro de regreso_ Digo con tono conciliador. Como explicarte que tenía esa maldita corazonada, algo inesperado iba a pasar, y era en relación con el endemoniado libro. (¡Y pasó! Pero en ese instante no lo podía imaginar)
_ Te escribí una carta, y necesito que la leas_ Cambias abruptamente de tema. Siempre que no estás cómoda con alguna situación, cambias radicalmente de conversación. Creo que te asustó la noticia de mis pretensiones de ir a verte.
_ Bueno cuando nos veamos me la entregas_ Digo algo contrariado.
_ ¡Necesito que la leas antes de qué viajes!_ Tu perseverancia me pareció extraña. Más tu insistencia estaba plenamente justificada; la finalidad de tu carta era concluir un segundo intento que aún no tenía comienzo. Intento que se manifestara tras algunos besos furtivos durante una de mis visitas a tu ciudad. Claro está que en ese instante tampoco podía imaginarlo.
_ Bueno si te aflige demasiado, podrías tomarle una fotografía a tu carta y mandármela por correo electrónico_ Es una mala idea pensé. ¡Maldita carta cuyo contenido no pude sacarme de la cabeza en varios días!
_ Si, me parece bien... Dame unos minutos... ¡No te vayas a enojar!..._ Me dices algo complicada.
Pasan algunos tensos minutos antes de que llegue una notificación de un nuevo mensaje en la casilla del correo electrónico. Comienzo a leer tus sílabas que me dicen que no desean verme más de esa manera. Me apena la situación, pero la preocupación por el destino del libro me inquieta mucho más en este momento. Y solo pienso en ello.
_ ¿Te llegó mi correo?_ Preguntas.
_ Si, me acaba de llegar.
_ Jorge, no lo tomes a mal. Por favor.
_ No te preocupes, no estoy enojado. Y no te compliques, no lo entiendo, pero respetaré tu decisión.
_ Ok Gracias, Cuídate mucho_ Se despide colgando el teléfono. Yo solo pienso en como recuperar el libro. Deberé inventar alguna excusa para ir a su lugar de trabajo.
El teléfono vuelve a sonar, más no deseo contestar. Pero por la insistencia de la llamada entrante me veo en la obligación de hacerlo.
_ ¿Aló?
_ ¿Jorge?
_ Sí, con él_ Respondo. Creo reconocer la voz, pero no puede ser ella.
_ Hola... ¿Cómo estás?_ Dice algo nerviosa.
_ Bien..._ ¡Que mierda, es ella!_ ... ¿Y tú?... Tanto tiempo_ ¡No puedo creer que me esté llamando! ¡¿Que mierda?! Me sorprende y no sé como reaccionar. Estoy totalmente aturdido.
_ Jorge ¿Recuerdas el libro que te regalé hace algún tiempo atrás?
_ Si... Lo recuerdo_ Me enfrento a un desordenado vendaval de recuerdos, emociones y sensaciones. No puedo creer que esté pasando esto. Ha pasado mucho tiempo después que rompiéramos y creí que nunca más volvería a saber de ella.
_ Bueno, no lo vas a creer, pero necesito saber si me lo puedes prestar, lo necesito en forma urgente. Si hubiese otra manera de conseguirlo, créeme que lo hubiese hecho. Pero por tiempo y necesidad tuve que recurrir a ti.
_ En un par de días más tendré que viajar. Te llamo para coordinar un encuentro ¿Te parece?_ ¡Mierda, no debí decir eso!
_ Ojala sea antes de fin de mes. Te estaré agradecida por esto; esperaré tu llamado. Adiós.
_ Adiós_ Le digo colgando el auricular. Literalmente me tiro en el sofá totalmente confundido y desorientado.
No creo en las casualidades, y en ese momento no tenía como saber que este desinteresado acto marcaría el cierre del círculo más importante en mi vida. Pero como todas las cosas que ocurrieron este día, no imaginaba la importancia de los sucesos encadenados al condenado libro.




Texto agregado el 24-10-2016, y leído por 320 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
14-01-2017 Bueno interpreto que el libro es el enlace entre dos,buena estrategia. Buenoy entretenido naturaespera
24-10-2016 Muy buen relato. Aunque lo leí más de una vez. Y todavía tengo dudas. Pero me despertó curiosidad la desesperación por recuperar el libro anticipando el pedido que te hará la persona que te lo regaló. En definitiva, el libro es como la clave de una historia que termina y otra que podría comenzar. ¿O me fui al diablo en la interpretación? Marthalicia
24-10-2016 Me gustó el ritmo del texto y la expectativa. Muy bueno el recurso del libro. Saludos! TuNorte
24-10-2016 me mantuvo a la expectativa todo el rato , muy bien narrado , me gustó. makuto62
24-10-2016 Interesante historia de amores y desencuentros. Lo mejor: esa pasión desesperada por el libro. Y el presentimiento (que casi todos tenemos) de que algo malo va a pasar. 5* BarImperio
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