Podría decir lo mismo, Julio, pero mentiría. Tus adoradores rayan en lo tonto. Tomar de tu texto “Queremos tanto a Glenda” para decirte que en verdad ellos te quieren, al menos yo no podría decir lo mismo.
Roberto Castillo Udiarte insiste por tarea, interpretemos tu famoso glíglico y aunque él lo ha intentado, no le ha sido fácil. Exigir que nosotros lo hagamos… no sé qué pretende. Esa es la razón por la que me opongo. Si al menos tuviésemos su ejemplo tal vez lo intentaría.
¿Por qué no mejor un poema? Al menos querría guiarme por la prosodia, la musicalidad y no el sentido ni la lógica. Tomaría de ejemplo ese mal que me ha aquejado toda la vida, resultado de la pereza intestinal.

POEMA I

Constipada reacción
de purga anónima
es el viento que escancia
do la vereda gime
ante el machuelo
que embona
disparatado sueño.

Abre tus brazos
¡ahora!,
que la vigilia rige.

MAR

-¿Oh!, mar, dador de vida.
-Brruhmm.