El puma de piedra

Cuenta una antigua leyenda, que había una joven de piel cobriza, brillantes ojos negros que canturreaba como un jilguerito por las punas y cochas una melodía que hacia sonreír a los apus, mientras cuidaba de su rebaño de ovejas.

Salía de su choza desde antes del amanecer y llevaba al rebaño a las quebradas donde había abundante comida, después iban a las cochas a beber agua.

Durante mucho tiempo hizo esa rutina, sin saber que un puma la acechaba sigilosamente, este, se ubicaba detrás de las grandes rocas que rodeaban a las cochas y observaba todo lo que hacia pero al pasar los días iba escuchando esa melodiosa voz al cantar, provocándole una sensación de paz y sosiego que el puma no lograba entender.

Un buen día, cerca de la cocha donde pastoreaba la joven se oyeron gritos lastimeros, pidiendo auxilio; cuando ella se acerco vio herido al puma y tuvo mucho temor de aproximarse pues había oído que los pumas eran muy peligrosos. Pero al ver la sangre, el dolor de la bestia, limpio y vendo sus heridas. Después el puma le pregunto de donde provenía su mágica y bella voz. La joven señalo a los apus diciendo: “ellos me dieron esta voz” ; como el sol estaba por ocultarse y empezaba la helada noche muy aprisa regreso con su rebaño a su choza.

Al día siguiente al llegar a la cocha encontró al puma restablecido y le hizo compañía mientras ella cuidaba de las ovejas. Así transcurrieron varias semanas y "sucedió en setiembre", en una de sus mañanas, que el puma tomo del cuello a la joven para ver de donde provenía su voz pero los apus que habían contemplado todo, hicieron temblar a la cocha y la pachamama haciendo que el puma soltara a la joven fue entonces que convirtieron en piedra al tortuoso puma y a la joven en una hermosa ave cuyo canto mágico se oye al llegar a la cocha. Desde entonces se dice que cuando un hombre esta cerca de una cocha y escucha el canto de un ave debe agradecer a los apus para no ser transformado en piedra.

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Apus: Montañas
Cochas: Lagunas