En la ciudad de Macerata a causa de la migración, habitan, viven y conviven ciudadanos, ciudadanas, personas de distintas nacionalidades. Todos vienen por motivos imprecisados, causas remotas, consecuencias del corazòn o de la razòn, que superando la guerra, la pobreza, el miedo, enfrentan nuevas ambiciones. Esa es mi nueva familia. En està nueva familia estamos los peruanos, las peruanas, que como grupo homògeneo sabemos individuarnos en grupos anònimos, quienes dentro del aparente anònimato intentan diferenciarse y mantener lo que en el Perù los hacìa ser limenos, cajamarquinos, lachaquinos, iquenos, ayacuchanos, huanuquenos, cuzquenos...en ese mescullo se revive la celebraciòn del Senor de los Milagros, con todo el ajetreo del color morado, se constata que una pollada, chicharronada, anticuchada, cevichada, nunca pasarà de moda y que la distancia sòlo es mental, porque la familia vive aquì cerquita, atràs nomàs.
Familia que como cualquiera, sufre y combate, mis amigos peruanos, peruanas, se reùnen en canchitas proliferadas de colores, de olores, de amor. Somos capaces de no desperdiciar la noche con llanto si no con alegrìa, sabemos reconocer la delicia, la lujuria, no reconocemos a la noche, si no al dìa, el sabor que tengo de mi estancia fuera del Perù, es el sabor dulce y amargo de la nostalgia.
Los recuerdos arremolinan mi corazòn y simplemente el llanto que fue no regresa, ya que en estos tiempos, las lagrimas no sirven para nada. Cada experiencia se resumeen aprendizaje, desde buscar trabajo hasta mantener y soportar lo que la suerte y el empeno nos ayudo a encontrar. Buscamos clientes como un abogado, solamente que encontramos pacientes ancianos, necesitados de contato fìsico y mental, necesitados de una paciencia ilimitada por la atenciòn personal, tentados por una compania a bajo precio y de personas con la sonrisa dibujada en el rostro. No importa que no sea latina, tambièn puede ser filipina, indiana, àfricana. Aquì existe la disponibilidad y por supuesto, la familia se alarga, el vìnculo de amor crece, y de ese temor primigenio nace una avalancha de resultados inesperados como lo es el trascender.
Trascender que se resume en enfrentar el nuevo reto, sea personal o social. Adaptarse a nuevas necesidades, que limpiar el poto a tu jefe, a tu jefa, darle de comer, escucharlo, alistarle la mochila para dar un paseo al parque, detenerlo en un ataque de intranquilidad, sacudir el deshumor, interpretar el poco apetito, favorecer la digestiòn, integrarse a un mundo que termina con la muerte y sumergirse en la aventura de estar encerrado viviendo el presente. Estos son algunos de los sacrificios que invitan a quedarse y querer una familia que no es tuya. Este es uno de nuestros trabajos, ser badante.
No he venido a escribir ni paragonar lo que vivo, al decir que busco clientes, solamente deseaba contarles lo que aprendì, en los gloriosos anos que vivo en Italia, una Italia màgica, que me ha dado mucho y a quièn agradezco solamente el hecho de haberme querido a su modo, a su ritmo en toda su intensidad. Es la Italia que yo obviamente nunca imagine y me alegro porque asì es una delicia, saborearla sin conocer el gusto.
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