VIOLACION? Octubre de 2016
La ciudad era un caos, más de setenta mil mujeres reunidas recorriéndola, participando en distintos talleres y debates, recorrido a museos, algunos cortes de calles para escuchar a alguna oradora, o escrachar a alguien, el transito era un infierno, el ómnibus para regresar a su localidad, salió con una hora de demora, para poder llegar a la ruta tardo otra media hora, llego a su destino, fue de las primeras en bajarse, quería tomar un taxi o remis, no había ninguno, se fijó la hora, en el reloj de la iglesia, dos de la madrugada.
Acelero su paso, ya que las ultimas llamada con sus padres y su novio avisándoles que no sabía a qué hora llegaría, le habían agotado la batería del celular, sintió pasos a sus espaldas y no se dio vuelta, pensó que era alguno otro pasajero que bajo del colectivo.
De pronto siente que alguien la agarraba del brazo y le apoyaba un cuchillo en la garganta, mientras le decía -si gritas te ensarto- abrázame y camina como si nada ocurriera, solo atino a asentir con la cabeza, mientras pensaba esto no es real, esto le pasa a otras personas no a mí ; el desconocido la obligo a caminar durante un largo rato por las calles desierta, calculo que habían recorrido siete u ocho cuadras, cuando de un tirón, la obliga a introducirse en una obra en construcción, el sujeto parecía conocer bien el lugar ya que a pesar de la oscuridad se desplazaba sin chocar con ningún obstáculo.
Llegaron a lo que parecía ser una habitación, a un costado una pila de tarimas de madera, con un colchón encima hacía las veces de cama, otra tarima a la habían agregado cuatro maderos le daban forma de mesa se encontraba en el centro de la pieza, sobre ellas algunos utensilios para cocinar y elementos de higiene personal. El tipo la tiro sobre la precaria cama y con un trozo de alambre de fardo le ato las manos a una cañería de agua sin embutir aun, prendió dos velas, tomo un trago de vino de una una caja de cartón , armo un porro y con parsimonia se dirigió dónde estaba la joven, desprendió su camisa y le bajo los jeans, dejándola solo con el sostén y una tanguita roja a los que con dos o tres tajos de cuchillo hizo caer, quedando completamente desnuda, hizo un bollo con la tanga y se lo introdujo en la boca; miro el cuerpo escultural de su víctima, hermoso pechos, cintura estrecha amplias cadera y un hermosa cola , había algo que no le gustaba, ya que maneo su cabeza en signo de negación, y luego de tomar otro trago de vino, asió un trozo de botella de gaseosa , cortada por la mitad, le hecho algo de vino y con una brocha le enjabono el sexo hasta formar abundante espuma , luego tomando una maquinita de afeitar, procedió a rasúrale con mucha delicadeza, el vello púbico, hasta dejarlo liso como el de una niña impúber, lo enjuago con un poco de vino, lo que hizo que ella se estremeciera a raíz del alcohol. Desde lejos contemplo su trabajo, pareció conforme se sacó su camisa, dejando al descubierto un cuerpo musculoso, donde se destacaba un tatuaje de una calavera y dos dagas atravesadas sobre ella, y en uno de los brazos un ancla, recién allí pudo ver su cara, era un hombre relativamente joven, con una barba de algunos días, bronceado y de buen aspectos, su ropa rustica estaba manchadas con cemento y cal, por lo que imagino que era un albañil. El tipo tomo el cuchillo, y se dirigió hacia ella, comenzando con él a dibujar círculos sobre sus pechos, mientras los apretaba y lamia con fracción a pesar de los esfuerzos de la joven por evitarlos, sus pezones se endurecieron hasta hacerle sentir un placer que era evidente, el siguió lamiendo su cuerpo hasta llegar a su sexo, allí con una lentitud exasperante, comenzó a mover su lengua , abriendo esos labios, luego la introdujo lo más profundo que pudo y la hacía girar, hacia todos los costados, arriba y abajo .deteniéndose en el clítoris que tenía un tamaño considerable, la joven se sentía indignada consigo misma, no podía controlar su cuerpo que se estremecía y convulsionaba , arqueándose en un último estertor producto de un violento orgasmo, que hizo que el rostro del violador se impregnara con sus jugos. Las lágrimas corrían por las mejillas de la joven, su rostro reflejo una violenta sorpresa al ver que el se bajaba los pantalones, no llevaba calzoncillos, dejando a la vista un descomunal miembro, que en estado de inercia, era el doble al de su novio, como hipnotizada no podía apartar la vista, de ese fenómeno que como comenzaba a aumentar su tamaño hasta que llego, en su máxima erección, a la medida de su brazo, temblaba ante la idea de tener ese monstruo en su interior.
El sujeto sin mediar palabras comenzó a masturbarse, a pesar de estar a dos pasos de distancia su eyaculación llego hasta el cuerpo de la mujer, el lamio hasta la última gota de semen, luego se sentó en el suelo, frente a ella y tomándose la cabeza entre las manos comenzó a llorar desconsoladamente.
Al rato procedió a desatarla, la ayudo a vestirse y la acompaño hasta el mismo lugar donde la había raptado.
Agustín Secreto
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