Si usted le pregunta al cielo
La razón por la que llueve
Estando el sol presente
Se sorprendería, pues no es nada congruente.
El cielo ha dejado escapar a los peces,
Así es, algunos vivían entre las nubes,
Hacían corales de arco iris
Esos que embellecen las tardes soleadas en septiembre.
Hicieron sus hogares, pero se marcharon,
Pues es ilógico que un pez
Se encuentre nadando entre nubes suaves;
Los peces no viven del viento, los asfixia lento.
Regresaron a su hogar natural,
Nada como el agua azul del mar,
Nada como su profundidad,
Que puede perderte, como si nadaras en los ojos más hermosos.
Los peces, en algún momento estuvieron confundidos,
Sería tal vez el color, tal vez el brillo,
El cielo y el mar, poseen casi el mismo azul divino.
Pero los arco iris no fueron suficiente,
Tampoco las noches llenas de estrellas fugaces,
Aunque los peces se extasiaban de aquellos destellos delirantes,
Ellos no podían vivir del asfixiante aire.
Una tarde de Octubre ya no estaban los corales,
El cielo solo había bostezado un poco,
Cuando abrió sus ojos,
Se dio cuenta que los peces ya se habían alejado para siempre,
No se despidieron, tal vez el cielo,
No era algo para ser amado. |