Hazme una mujer a la medida de mis depresiones,
una de alma, musica, poesía y aventuras,
si, de esas utopías que andan por allí en vestidos largos
y desvelos atrazados.
Esas, si, esas locas por todo y cuerdas contra lo establecido,
de esas que apagan soles y encienden lunas,
esas son las que miden lo que mide mi emoción,
esas testarudas, femeninas que pesan lo que pesa un vodka.
Hazme una mujer exacta a mi destino, una que ame,
de esas necesito, esas libres de pies blancos y
mirada asesina, esas de fuego lento y presente rápido.
Hazme una mujer a la extensión de mis heridas,
una de esas que me asesine con besos y me reviva con mordiscos,
una de esas danzantes y de gustos pletóricos y arcoiris en el pelo,
de esas que rozan y curan, de esas que hablan y todo se alumbra,
de esas que cuando caen lo hacen sobre ti,
de esas que cuando despiertan comienza el sueño
y nada tiene sentido. |