Blasfemia

Los griegos tenían una frase para cada momento o acontecimiento. Nosotros también, pero no suenan tan importantes.

Lo que más envida me dan es que tenían a todos los Dioses. Y los dioses se relacionaban con los humanos y creaban los semidioses. En eso no tenían competencia.

Los de este lado del mundo apenas tenemos uno y poco sabemos de él, algunos le atribuyen haber tenido un hijo, otros aún los esperan. En cambio los helenos conocían todo el árbol genealógico.

Nosotros le rezamos, mientras ellos los invocaban. Una no muy sutil diferencia

Sin embargo, todos nos consideramos hijos de Dios, en eso los aventajamos.

En la noción del bien y el mal estimo que radica la mayor diferencia. En la mitológica Grecia convivían los Dioses de todo tipo, con todas las pasiones, en cambio el monoteísmo nos impuso una construcción binaria de la religión. El bien y el mal, como un blanco y negro, en contraposición del los grises de la cultura greca.

La culpa siempre está presente en nuestra cultura judeo-cristiana, ausente en el Olimpo.

Y es esa culpa es la que me llevó a dar titulo a mi reflexión, ya que de los arrepentidos es el reino de los cielos.

OTREBLA