En el fondo del placard descansa el viejo sombrero de paja. Todavía luce un pequeño ramillete de violetas, ya marchito, que papá le obsequió a mi madre durante un paseo por el campo. Cada vez que lo miro pienso en dos adolescentes enamorados.
Ella me ha contado tantas veces esa historia que hasta puedo imaginar sus risas.
Él falleció hace varios años. Mamá se encuentra alojada en un centro especializado en la atención de personas ancianas.
Hoy me pidió que le lleve su sombrero. Desea tenerlo porque dice que papá prometió llevarla a pasear por el campo como aquella vez.
Texto agregado el 05-10-2016, y leído por 273
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Lectores Opinan
22-10-2016
Cuánta tristeza y belleza al mismo tiempo. Impecable. MujerDiosa
06-10-2016
Un trabajo hermoso, con pocas palabras llegas a lo más profundo del sentir humano. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48