- ¡Estúpida!-, gritaba al no calcular la distancia correcta y venirse contra mí.

- ¡Estúpida, tienes que saber por dónde pasar!-

-¡Estúpida, discúlpate!-, decía con un menosprecio en los labios.

-¡Estúpida!, ¿nadie te enseñó a andar?-, preguntaba después del empujón que me había dado.

- ¡Estúpida!, ¡qué vas a saber si eres una ignorante!-

- ¡Estúpida!, ¡seguro no eres nadie!-

- ¡Estúpida!, ¿qué vas a saber de modales si eres una bruta?-

- ¡Estúpida!, ¿no sabes quién soy?-

Y por fin me permitió hablar y le dije:

- Creo que debieras bajar el tono de voz-

- ¡Estúpida!-, repitió -¿te haces la loca?-

Parecía una pregunta, pero bueno... ya habían pasado cinco minutos, así que tuve que intervenir:

- Mira... ¿sabes?... me quedaría a seguir hablando de ti, pero realmente tengo que irme...-