Ciudad de Mexico, estudiantes extranjeros sin dinero, sobreviviendo de lo que les pueda dar el ingenio, todo por obtener una educación que al final, no te asegura una vida mejor. Eso es así ( estoy seguro) en todo lados.
José Luis y yo, eramos los únicos extranjeros en una casa estudiantil, donde vivíamos unos 46 jóvenes, todos “estudiantes”.
Como extranjero no podes trabajar, se supone que te mantienen ( falso ) nosotros teniamos que hacer tranza para presentar documentos que nos acreditaran y no se dieran cuenta que eramos dos desamparados y nos extendieran permiso para poder seguir disfrutando del morirnos de hambre, el dormir en centrales camioneras cuando no teníamos donde pernoctar, o no lográbamos conseguir para cubrir el mes... entonces cuando eso pasaba nos inventábamos viajes para desaparecer, y que el dueño no nos cobrara hasta el mes que sigue, corriendo con la suerte que el tipo vivía fuera de la ciudad. Y muchas otras cosas, muchisimas mas.
Hacíamos trampa en juegos de azar, apostando dinero que no teníamos (no es mentira pero siempre ganábamos). Juntábamos cosas de aluminio, las llenábamos de piedritas para que pesaran y las vendíamos para sobrevivir. No quiero irles contando cada una de las aventuras que vivimos porque no acabaría, me iré directo a esta que quiero narrarles, porque se me pega la regalada gana, esa frase no es mía, se quedo grabada de un viejito que tenia una tienda, y vendía las cosas mas caras de lo normal, y cuando le preguntabas porque, solo decía
- porque se me pega la regalada gana y que?-
Obvio, era la única tienda abierta a toda hora y hasta te fiaba.
Pues resulta que una tarde hambrientos con poco dinero en la bolsa, nos fuimos a uno de esos puestos de tortas de los que hay pocos en la ciudad ( y el que conozca sabrá que miento ) le preguntamos que nos podía vender por la cantidad que teníamos a un chavo medio obeso con cara de Vacilador y harto de hacer lo que no le gusta, pero con muecas de alburero ( alburero: Dicho de una persona: Que gusta de emplear albures -juegos de palabras en doble sentido-), nos miro como queriendo alburearnos, pero caray, teníamos hambre no estábamos para bromas.
- No se, acá el acá manda es el- y apunto su mano a un tipo que escribía en un papel.
- Juan? Acá te hablan estos dos.
- Ahorita voy chavos, estoy escribiéndole carta a mi novia, y no se ni que decirle, me permiten tantito?.
José Luis me volteo a ver y yo sin pensar siquiera, ya sabia que había que hacer, dije:
- A ver y como que le quieres decir, yo estudio literatura, ( lo cual era mentira por supuesto ) y para eso de las cosas románticas me pinto solito. Cuanto a que te escribo una cartita que tu chava se quedara acá, viendote con ojos de borrego a medio dormir?
- A chinga, chinga, a poco muy, muy? -Emocionado dijo Juan.
- Sincho, este pa’esas cosas es cabron- remato José Luis.
Y así, cerramos el negocio de nuestra gran época de estudiantes extranjeros, con un poco de suerte, mucha hambre e inspiración de donde fuera.
Diario era una carta a cambio de dos tortas, de lo que se nos antojara, y dependiendo de la intensidad de la carta o de que a Juan le gustara, era el tamaño de nuestra única cena durante mas de 7 meses hasta que Juan se casó, se mudó y ojalá haya sido muy feliz.
Aca les dejo la foto de una de esas cartas que me encontre en un cuaderno junto con la cancion, en la cual me inspiraba para enamorar a esa grandiosa mujer que nunca conoci.. |