Inicio / Cuenteros Locales / tsk / Ahí está.
Aquella liebre tenía que ser mía. Teníamos tan deformado el lenguaje que ya no sabíamos bien ninguno a qué nos referíamos.
Todo el mundo con la liebre y con frases hechas: del tipo como la entitulación, y lo que en un primer momento era un ardid de entendimiento y comunicación de primer orden, se convirtió en un guirigay babélico como no hay dos. A tal paso tendríamos que hacer reconvención y editar un diccionario si no queríamos ver muerta a la esposa de un disparo por confundirla con alguna liebre. |
Texto agregado el 27-09-2016, y leído por 126
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