yi-ei-ci-key-ai-i
(Roberto Espada)

Jamás imaginé que justo en medio de esas palabras desconocidas, de esas frases a veces sin sentido, donde mis letras dejaron de sonar como siempre las había escuchado surgiría alguna posibilidad de cambio, pero sucedió y un día Apareció tu imagen tan atrayente y envolvente, por lo menos para mí, que se desplazaba segura y taconeando por el edificio, Casi como una aparición mágica y fortuita. Kedé congelado al principio, no sabía que hacer, apenas un par de frases pude configurar, fue tu belleza, tu pelo largo y frondoso En las pocas ocasiones que te vi pude observarte detenidamente, tus gestos, tu risa, tus ojos negros, y del resto no supe mucho, solo cuando dejabas de Lado tu abrigo se aparecía ante mis ojos tu cuerpo, que se delineaba completamente dejando a la vista varias curvas... sentía unos deseos Increíbles de recorrer esas curvas con mis labios, y lentamente acercarme al vértice superior de tu gracia para endulzarme la lengua... pero en medio de la escasez de tiempo No podía ni siquiera intentarlo, solo me quedaba cerrar los ojos y Esperar alguna señal de tus ojos negros o de tus labios que imagino suaves y dulces como tu piel...