Como un gusano de lo absurdo,
se introdujo en mi piel y en mis órganos
la carencia del valor objetivo de la existencia,
y me abrió mil puertas, mil senderos
y elegir un camino, el que sea,
pero solo el que yo siquiera,
y a eso llame libertad
Sin Dios en el medio,
sin banderas ni partidos
y sin ideologías,
un ser desnudo en el mundo
etiquetado, sin etiquetas,
oponiéndome a lo correcto,
corriente en contra de las modas,
si no estaba permitido,
cada asunto prohibido, mejor
Y ese fue mi destino moldeado
por mis propias manos,
mi jaula abierta, en fin, mi vida entera,
sin pro ni contra, sin contento y desconsuelo,
y al final daba igual, lo que sea,
como todo acontecimiento
de esta vida terrenal,
importando mucho, importando nada,
dualidad y contradicción
y sobre todo, agotamiento
ante cualquier decisión,
solo nada, nada de nada.
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