Debo apagar las horas que molestan
usando un interruptor: el olvido.
Porque se presentan desafiantes
y suelen doler como bastante,
como demasiado, hasta que no
llegan ni por asomo a soportarse.
El olvido inducido requiere condiciones.
De otra manera no es funcional.
Cierro las puertas y me asomo a la vida.
Me sumerjo en ella y la penetro.
Entonces no me ocupo de recordar.
Entonces vivo y soy de verdad.
Ya nada molesta.
Texto agregado el 22-09-2016, y leído por 100
visitantes. (4 votos)