Es necesario apartar con insistencia
las formas de ceniza despavoridas
que pretenden alcanzarte sin medida.
Recurres con esfuerzo a tu alma
y de pronto sabes que sobrevives
con otra geometría de lo agónico.
Emerges de las sombras oscuras
y así logras comprender que la vida
es una fiesta compartida de los días
en que los silencios se hacen música.
En un año, a despecho de un invierno,
un tiempo se destina a primavera.
Es ese el instante cuando notas
que tu pensamiento anida en un poema.
Texto agregado el 21-09-2016, y leído por 114
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