Resplandece tu recuerdo
En la opresión interna que fricciona este cuerpo,
Un interior incierto y oscuro
Se halla tendido en la marginación
que le ha proporcionado el mundo.
Desespero
Cuando mi pasión te la llevas para desgastarla
en los inmundos suburbios del desconsuelo
Y culmino lánguida y aturdida
Cuando precipitas la frase adecuada,
Adiós muñeca, te quiero.
Te amo y siento dolor,
Yo nunca quise a nadie
Y en mí eres una hermosa excepción,
Pero no debo mendigar nada que del alma no salga,
No quisiera recordarte pero seguiré escribiendo
Hasta que mis pupilas se llenen de la luz de la mañana.
¿Corazón, dónde estarás?,
Si supieras de los besos que regalaré en la fiebre de la madrugada,
Si supieras que no hay deseo en los actos a los que me entrego
¡Me odiarías!,
Y te cabrearías
con la bruta bestialidad que te arde en el cuero.
Debo jugar al amor esta noche,
La nàusea se precipita en el derroche
Y tu ausencia es una falta que me desgarra sin remiendo
En las partituras de la confusión que me absorbe.
Te necesito con las fuerzas que me quedan en pie, mi amor,
Te pido que llegues antes de que sea tarde,
Tarde para la cordura de una reivindicación,
-Y si lloras, me has dicho, no valdrá la excusa ni el perdón.
Si te extraño no habrá reparo,
Me hará falta desnudarme
y salvar de una muerte segura
al corazón del desamparo. |