HUMOR VITREO

.Al comienzo los veía muy de vez en cuando, eran insectos muy pequeños que volaban en el visor de su pantalla. No, podía precisar cuándo comenzó a registrar su presencia y sus vuelos errantes, pensó que tal vez estuvieron siempre, con sus virtuales presencias y no les dio importancia. Recién cuando tomaron el tamaño de los signos de puntuación comenzaron a ponerse molestos. Evidentemente no pertenecían al sistema porque este no los registraba como error, tampoco eran manchas, limpió el visor con una servilleta de papel embebida en alcohol, pero solo rescató la nicotina y alguna que otra cagada de moscas. Suponía el resultado porque nunca estaban en el mismo sitio, su ubicación era errante.
Pensó que lo más lógico era consultar a un oftalmólogo. Cuando le manifestó que el motivo de su consulta se debía a que veía O.V.N.I.S en el monitor de su computadora, lo semblanteó para anticipar el diagnóstico,. Pero solo recibió una sonrisa tranquilizadora.
.-Bueno, por suerte lo que usted ve está identificado y se denomina “humor vítreo”… Dijo y comenzó a dar una serie de explicaciones, sobre el tema en cuestión. Y las múltiples razones que lo originaban. Le recetó unas gotas un régimen de comidas, unas pastillas anti estresantes y el consabido importe por los servicios prestados.
Se fue más tranquilo. Buscó información en google y todo coincidía con el diagnostico. Cómo no se le ocurrió antes, se hubiera ahorrado la visita y el costo. Comenzó el tratamiento rigurosamente, pero lejos de mejorar cada día los invasores aumentaban su tamaño y ya eran visibles aún fuera de la pantalla. Eran parte de su vida diaria, seres que iban tomando formas humanoides que se sentaban a su mesa, lo acompañaban al baño, se acostaban a su lado, con la única salvedad que quienes participaban de su vida no los veían, y él omitía comentarlo para que no dudaran de su estado mental. Se había habituado de tal forma a sus presencia que ya no lo molestaban, los había incorporado a su vida, inclusive por las noches salía a caminar por las calles del barrio como si fueran su sombra, obedientes y silenciosas.
Y fue una noche de niebla a orillas del riachuelo, que una nave con luces multicolores se posó a su lado , lo invitaron a subir y partió con con rumbo desconocido

neco perata