Esta vez la salida del hospital fue muy distinta a lo que antaño solían ser. Las continuas interrogantes depositaban por fin las respuesta en los cálidos rayos de sol que escapaban de las esponjosas nubes matutinas. Esa esquiva felicidad finalmente regresaba para posarse delicadamente en mi espíritu, la dicha dibujaba una honesta sonrisa en mis labios. ¡¡Estoy feliz!!
No quise llamar a nadie pues deseaba disfrutar intimamente de este momento, un tiempo tan esperado y anhelado. Pensé que nunca llegaría, pero finalmente héme aquí en el comienzo del resto de mi vida.
_Iré a comprar unos alfajores antes de tomar el autobus de regreso_ Voy planeando a corto plazo a pesar de saber que siempre el destino me tiene preparado continuas sorpresas en mi camino.
No encuentro a la señora que vende los deliciosos dulces, recorro todos los recodos del centro de la pequeña ciudad, pero la búsqueda resulta inútil. Paso por las calles por donde caminaba cotidianamente, y nostálgicos recuerdos recorren los pasajes tomando mi mano.
_ Bueno esto seria todo_ Pienso en voz alta cuando algo de tristeza se posa en mi rostro. Con un suspiro observo a las personas que caminan despreocupadamente por las mismas calles por donde tanto tiempo fui feliz. Llegó el momento de dejar atrás todo lo bueno y malo que viví en esos lugares. Comenzar una nueva ruta muy lejos de aquí.
_¡A la mierda la vieja de los alfajores! _ ¡Me voy... chao no más!_ Digo riendo y perfilando mis pasos en dirección al terminal de autobuses, alejándome de las calles principales.
Junto a un grupo de personas espero en una esquina que el semáforo cambiase de luz para cruzar la calle. Y es en este momento cuando se produce el último gran "guiño" del cual tengo memoria. Para quienes no estén familiarizados con este tipo de manifestaciones, son evidentes signos que te muestra el destino quizás con la finalidad de que busques la respuesta. Sé que suena a locura, pero no creo en las coincidencias.
_ ¿Aló brujita?_ A mi derecha una señora de mediana edad comienza a hablar por un pequeño teléfono móvil.
_ ¿Cómo estás? No me fue bien con tus encargos en la clínica_ Continúa conversando mientras yo pienso que esto es solo coincidencia. Sólo es un alcance de nombre, además que las palabras "Bruja" y "clínica" son de las más usadas en estos tiempos.
_ ¿Aún estás en la oficina? Pues si aun estás mandaré a mi hijo_ Sigue platicando despreocupadamente. ¡No puede estar pasando de nuevo!. No lograrás que vaya a ver a Judith a la oficina. ¡Es solo una coincidencia! Pienso cuando no puedo evitar mirar a mi casual acompañante_ ¡Tendrás que ser más especifico! No sé si lo pensé o lo dije. Solo son mis deseos reflejándose en cualquier situación para darle justificación a mi actuar. Trato de analizar racionalmente.
Y aquí lo extraño, que tampoco se lo he contado a Judith. Cuando le mandé este relato sabrá como ocurrieron los hechos.
Mi eventual vecina me mira a los ojos casualmente (¿?) pero sigue hablando por el teléfono
_ ¿Estás en la oficina?.. Ajá... Ajá... ¿Y que le digo entonces? ¡Bueno le diré que vaya a la oficina que la Brujita lo estará esperando!_ Me sonríe y cruza la calle despreocupadamente pues el semáforo ya cambió de luz.
Yo quedo casi petrificado en la esquina por algunos minutos. Giro mis pasos en dirección contraria, sé que va a sonar ilógico, pero estoy seguro que me esperan en otro lado.