Trasmontana reluce
enfriando el pasto... ...las virutas
de luz adormeciéndose...
...moribundo viento se distrae...
rezonga una cigarra inalcanzable…
Detalles sosos que esculpí
en la retina dúctil del recuerdo
como lazos que sostienen
-telaraña en derrumbe-
la tenue sensación de ser tus manos
-las mías/tuyas- asfixiadas manos
sumergidas en abismos.

Barranca dulce y tostada
que se allana –me dicen los jirones-
sus vahos penetran por mis dedos
recórrenme enervantes afluentes
-y ya no es luna,
ya no es pasto-
van a juntarse allí donde es más honda
y ruda la cuerda tensa…

Ya los hilos se ven... nervios de acero rojo...
(¡Qué relumbre de estrellas en tu pelo!)
La fragmentada estampa
enarbola el pretérito fecundo
y fue tu vientre
de blancura lunar, el que me salva
en esta soledad de negra tierra