Inicio / Cuenteros Locales / tsk / Diferentes maneras de atarse las botas.
Acababa de recibir un mensaje de despedida: un mensaje definitivo. Y no sabía por qué no se había impresionado lo mínimo. Realmente lo que le sorprendía era esto último. Le había afectado más que no le afectase que le dejaran que que lo hubieran dejado propiamente.
Pensó en utilizar la parafernalia de rigor: la botella de vodka y demás adminículos de abandonados. Pero qué tenía que olvidar, se planteó finalmente. En realidad casi lo suyo debía de ser una celebración, por lo que tampoco desechó en un primer momento hacerse con la botella que tenía escondida detrás de un mueble. La sacó y comprobó que iba por la mitad.
El resto de la tarde lo empleó en dilucidar si tal botella estaba medio llena o medio vacía y todavía no había llegado a ninguna conclusión cuando oyó el restallar de aquel timbre antiguo de su puerta.
Cuando se quiso dar cuenta estaba entre los brazos de la señorita que escasamente hacía seis horas había anunciado no verle más.
Pero- otra vez- lo que más le sorprendió fue no sentir tampoco emoción alguna por el cariz que habían tomado los acontecimientos escasos minutos hacía.
Mientras trataba de quitar el corchete del sujetador de la muchacha, le vino un recuerdo de la infancia por el que su madre le había iniciado en los secretos de los nudos. Mientras se hacía un lío con los corchetes pensó que el apartado nudos: ya saben: botas, corbatas, sogas de ahorcado; debía de haber un subapartado de broches y cremalleras de sujetadores y vestidos de muchachas. |
Texto agregado el 14-09-2016, y leído por 110
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