EL TRÁMITE

Don Marcelo alunizó justo un martes trece en el satélite terrestre. El viaje le había resultado cansador, sobre todo por cuestiones de la gravedad.

No. No piensen que creía algo tan grave obtener ese simple certificado. Además llevaba el papelito ayuda-memoria para no olvidarse lo que le habían solicitado y poder requerirlo justificadamente. Era lo único que le faltaba para obtener su tan ansiado Certificado de "Escritor de Cuentos".

En realidad le preocupaba sobremanera la precisión con que debían constatar su peso en la Luna, con error menor que un miligramo. Como su peso en la Tierra era tan insignificante temía que la balanza no acusara casi nada.

Una vez en la luna don Marcelo entró a un local que decía: "Trámites y certificados".

Aunque sintió cierto alivio porque se le iban facilitando las cosas, no podía disimular su estrés antes de golpear la única puerta que seguramente lo conduciría a la oficina en cuestión.

Trató de sosegarse un poco y poniendo su mejor cara, aun cuando le temblaban las piernas, y los ojos delataban su pánico, golpeó suave e insistentemente la puerta.

No tardó en salir un lunático con un sólo ojo y orejas como cucuruchos, quien le preguntó amablemente: -¿Qué se le ofrece?

Don Marcelo había perdido el habla, por lo que le extendió el papelito ayuda-memoria con los ojos todavía desorbitados.

El lunático estudió la solicitud, denegando.
No- le dijo moviendo hacia ambos lados su dedo plateado -Los martes trece no atendemos al público.


(Escribí este cuento para presentar en el concurso "Escribe un cuento con una imagen propuesta", pero no pudo participar porque me equivoqué y lo envié a la página del concurso, y debía ser anónimo. Igual concursé con otro cuento)

La imagen está disponible en la página del concurso.