Quisiera agradecer a Judith y Dalcy por su gran aporte y ayuda en la elaboración de este relato.



Desde ayer que retengo en mi memoria un sigiloso relato de una pareja de amantes. Voy contándoselo a Dalcy mientras bajamos por el elevador rumbo a casa. Es medio día y nos alejamos de la labor diaria por algunas horas para almorzar. Me emociono describiéndole extensos y furtivos escenarios en secretas locaciones. Una narración con marcados planes de fuga en caso de que estos hipotéticos enamorados fuesen descubiertos. Armo y defino una trama para dos personas que deberían estar juntas.
Al llegar a la recepción del edificio observo que hoy tendremos un día caluroso, lo sé por los rayos solares que se filtran por los vidrios de las pesadas puertas de acceso. Particularmente no me será un buen día pues prefiero la penumbra y la nubosidad, odio el calor que genera en esta época del año. Por eso estos días cuando comienza la primavera prefiero el clima artificial de la oficina al cual ya estoy acostumbrada.
Junto a una docena de personas abandonamos el edificio, cada una de ellas en pos de sus propios asuntos.
Con Dalcy ya en la calle esperamos que algún conductor aminore la velocidad o detenga su automóvil para cedernos el cruce de la doble calzada.
_ ¡Lo que faltaba!_ (Lo sé, hoy no estoy de buen humor) Por la multitud de personas que observo en la acera de al frente y por las tonadas que escapa entre el gentío intuyo que hay unos músicos chinchineros. Desde pequeña siento rechazo por los artistas callejeros, principalmente por payasos y mimos.
_¡Malditos Chinchineros!_ Mentalmente estaba peleando con ellos cuando sentí tu presencia. Es dificil de explicar, fue como si literalmente me estuvieses llamando. Estoy segura que en ese momento pensaste mi nombre ¡y te escuché! Algo me llevó a mirar hacia una parte de la avenida donde generalmente nunca suelo mirar y allí estabas. Cruzando la calle me sonreías. Tardé unos segundos en reaccionar ¡Eres tú, no lo puedo creer! ¡A pasado tanto tiempo!
_Parece que este automóvil blanco va a detenerse, una vez que lo haga podrem..._ Fue lo último que escuché decir a Dalcy cuando comencé a caminar rapidamente hacia donde estabas, ¡sé que estás esperándome! Te sonreía y tenía dentro de mi la urgente necesidad de abrazarte. Tu apresuras nuestro encuentro cruzando inesperadamente la doble calzada. Me lanzó sobre tí y en ese instante somos solo uno, ya no estamos solos, compartiendo todo nuestro amor por el otro en un sólido abrazo. ¡Me sorprendiste! No puedo expresar lo feliz que me siento. Solo sé que te abrazo con todas mis fuerzas. (En esta parte de la historia sucede algo realmente extraño que solo he relatado a Jorge. Y según recuerdo unicamente se ha gestado dos veces en mi vida. Narraré este hecho y en extenso, pero no ahora)
_ ¡Hola Dalcy que bueno es volver a verte!_ Jorge saluda cordialmente a mi compañera cuando ella llega a nuestro lado.
_ Hola Jorge, tanto tiempo. ¿Cómo estás?_ Responde Dalcy sonriéndole, mientras me regaña con su mirada. No me importa, solo sé que no deseo soltar el brazo de Jorge.