La existencia estancada en un vacío,
es como la lengua callada en una boca cerrada.
Como una lluvia muy difícil contar,
un itinerario sin testigos ni luz.
Es preferible una danza áspera y desvencijada
donde bailan las palabras,
contando su historia entre fuegos y aplausos apagados.
Es difícil mirarte en el último silencio
y no cantarte como lo hubiera ayer deseado,
u hoy, o mañana o siempre.
Es difícil adivinarte en la negrura de la ausencia,
como lo hago ahora, con la lengua callada
en mi boca cerrada.
Estancado en el vacío de una lluvia difícil de contar.