Hora cero para mis huesos
mi carne, mis vísceras y mis músculos ya duermen su reposo diario.
Rasgando mi piel, huyen como ladrones asustados,
salen a ver el Mundo,
andan sueltos por las calles
como extranjeros en tierra ajena.
Ya no me resisten, crujen cuando les hablo,
se quejan cuando camino con ellos.
Se han hecho viejos junto conmigo
a veces los desconozco
y no los encuentro bajo mi carne.
Hora cero para mis huesos
uno a uno emergen como clavos blancos
y arrancan hacia lo que no soy yo.
Texto agregado el 03-09-2016, y leído por 63
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