Te pregunté sin pensarlo,
¿Te espero con asado y vino?
Y se dispersó,
Como se dispersan esas cosas bonitas que uno no puede esperar para sentirlas.
Ya compre la leña te susurre.
El fuego es nuestro.
La parrilla ardía de asado y de pasión.
La mesa estaba ansiosa, pero más las sabanas que nos reclamaban.
Terminamos antes de empezar.
No aguantaba más, esa fiesta del gusto debía concluir en un placer de cuerpos ansiosos.
Un clima tan ardiente que la leña más dura envidiaría.
Cuando te sentí temblar, enloquecí.
Ese fin es un comienzo pensé.
Antes de que mi mente reflexionara más, me desmaye, (antes lo hiciste vos)
Y el amanecer nos sorprendió con su calidez inusual para esta época.
Te observe desnuda y sonriente, estaba cocinado.
Y me fui.
Pero ya te habías ido.
Mis restos esperan tu regreso.