Estamos presenciando la unión de los pueblos iberoamericanos; la red global nos ha permitido estar cerca de todos quienes se encuentran en la región mencionada. Se puede respirar, en el ambiente que estamos hechos de sexo, se puede sentir el encubrimiento de la religión; se me hace insoportable ver que somos el producto de una relación sexual y todos lo percibimos. Estamos muy cerca, tan cerca que hasta el hálito de ustedes lo siento a mi lado.
He entrado en el hogar de cada uno de ustedes, he visto cosas de su cotidianidad y ustedes también han visto lo cotidiano de mi vida. El mundo es como una ciudad y las murallas que nos separan son sólo de concreto, porque nuestras mentes se han juntado para presenciar los detalles de la máquina que es el ser humano, una máquina imparable con infinidad de inciertos y muchas mentiras, por no decir que todo es mentira.
En esta ciudad se respiran también las reglas de la jungla, vivimos entre ellas y no hay otro código de conducta; el que más dañe, el que más maltrate, el que más estafe, etc. ese es el que vence, no será así conmigo. Creo ser el paradigma de la moral y he intentado serlo sin cometer ningún error, sin cometer ninguna falta y en todas mis tareas he tratado de ser honesto conmigo y con los demás; pueden ponerme como ejemplo de moral y ética, no los defraudaré.
En la ciudad global, La Tierra, ocurren muchas cosas, una de ellas es que muchos se dedican a pecar teniendo sexo, esto los hace lobos, los hace feroces, les da una actitud salvaje frente a los demás, y yo me siento anonadado; y además el sexo los hace deslenguados frente a la muerte, la ven con humor, con un humor que me asusta. El sexo es violencia, siempre lo he visto así, el sexo es violento y el producto de él es igual, los niños son violentos y siempre están molestando.
Ustedes se prostituyen literariamente siguiendo a muchos autores, no hagan eso, eso se ve desagradable. Estamos en una ciudad, en la que nos comunicamos muy fácilmente y podemos comunicarnos con personas de otros países en segundos, y en todas las naciones rige lo mismo, hay leyes muy similares que a veces no sirven; todos debemos obedecer unas normas, pero esas normas son salvajes, por eso uno debe ser un poco así, pero no mucho, lo suficiente como para calmar a los lobos.
No soy libre en esta ciudad, no puedo salir libremente ni siquiera a conocerla, pero sé muy bien lo que pasa en todas partes, sé muy bien cuáles son las actividades primordiales en cada parte de esta ciudad, y me he decepcionado, sólo hombres y mujeres teniendo sexo, pecando, sólo eso y deberían tener un castigo, el sexo es demente, es esquizofrénico y me mantendré alejado de él lo que más pueda. Pero no podemos ocultarnos de él, todos caemos en alguna actividad relacionada con él. |