Cabellos y bellos negros, casi azabache,
Apurados van todos juntos a llegar a la hora,
Rueda una larga pestaña por sus sonrosadas mejillas,
Las palapras son fuertes pero su corazon late,
Obscuro cielo lleno de estrellas le guia,
Solo antes de dormir por ella sonrie.
Jamas de nadie, ni siquiera propio,
Amando el aire que tampoco es suyo,
Volatil, como lava ardiente,
Indeciso como el sol naciente,
Ese con pinceladas de ocasos,
Rojas, como su corazon aun caliente.
Opuestos polos sus deseos silentes,
Puente roto, la identidad no cuenta,
Unos dias emperador sin humildad,
Entre otros aceptando errar y humanidad,
Nacido para muy alto escalar,
Tierras verdes colorean su alma,
Entre valles y paramos su calma.
Cantaba y tocaba siempre decia,
Otros escucharon su risa y alegria,
No dejes pasar el tiempo y la estadia,
Tras ese par de tristes caobas,
Reira pronto un nuevo dia,
Espera, el reloj de arena casi gira,
Rieles no rigen ningun destino,
Aquellas sus fuertes manos tiernas,
Seran las artifices de su camino.
Tal vez la historia antes termina,
Eso, solo es el quien lo decide.
Acuerdate de aquella noche,
Mejor recuerda para dos ese medio dia,
O simplemente olvidalo. |