“Hoy que faltan pocos días para tu cumpleaños Nº 100, no puedo evitar pensar que mis pasos ya no pisan tu suelo, tan solo algunas pocas veces cuando cruzo el puente para visitar a mis padres. Ahora respiro otros aires, camino por otras calles. Tus paisajes ya no son los mismos, como dijera Berbel, “Todo esta distinto ciudad de Neuquén”, pero la cercanía de tu centenario me trae a la mente recuerdos de mi infancia y mi juventud, que no se borrarán jamás. Al pasar hoy por la calle Sarmiento, entre Laines y Don Bosco, puedo ver la colonia B-28, mi hogar de entonces por allá por la década del 60, el olivo en el fondo de la colonia de Beltrame y la ligustrina que limitaba mi casa con la de Contreras y el cerco de cañas que daba al potrero donde cada tarde después de la escuela nos juntábamos a patear. Mas allá el canal de petróleo y las vías. Ese temido canal, donde pudimos conocer, desde chicos, lo que significaba una tragedia, cada vez que la pelota inevitablemente caía en él, quien lograba sacarla sin caerse sería un héroe por el resto del día. La bocina del tren, que conducía mi querido viejo, rumbo a Zapala me marcaba su despedida y el comienzo de la espera para que a los 3 o 4 días regresara con una sonrisa y mi mas preciado tesoro, un gran chocolate que sacaba de su canasta. Como olvidar la Escuela 61, de las pocas que quedan de aquella época con sus largas y amplias galerías. El sonido de la vieja campana en cada recreo, nos marcaba el camino hacia la esquina de Alcorta y Don Bosco, donde improvisábamos una canchita, cuyos arcos eran los antiguos eucaliptos, aún hoy paso por esa esquina y me parece escuchar a mis amigos que me gritan “pasala, pasala”.Los actos del 9 de Julio y 25 de Mayo con chocolate y bollitos. Las salidas domingueras en el Ford 38 verde a las bardas, la boca del sapo, el balneario. La tarde en la que el “Beto” Beltrame (jugando para Barrio Nuevo) le rompió el invicto a “cacho” López (arquero de Independiente). Mi pasión por el rojo y aquella gloriosa campaña del 79, los goles del patón Raschia y la decepción cuando quedamos afuera con el penal que erró Cavanna en San Luis. El playón de básquet del Centro de Deportes. El colegio San Martín cuando la Avenida Argentina todavía era de tierra. Tantos lugares, tantos recuerdos, tantos sueños y esperanzas compartidas. Todos ellos son mi homenaje y mi regalo para tus 100 años, que son también parte de mi vida.”