Mi esperanza está rota. Tu puerta está cerrada. Miento para abrirla... lágrimas bajo un árbol. Nunca encontré a Dios. ¿Qué debería hacer para encontrarlo? Probando mi propia sangre. Lágrimas bajo un árbol.
Texto agregado el 14-09-2004, y leído por 169 visitantes. (1 voto)