Las hojas no caen en vano, su crepúsculo genera vida.
Nacen otras verdades ocultas que rompen la soledad estéril
de las yermas estirpes invernales.
En esa lenta rutina solemne, entre el clamor y el silencio.
germina la primaveral poesía despertando frutales promesas.
Los desaciertos del hombre lo muestran como árbol raído,
tonta e inútilmente aprendiendo del legado de errores cometidos.
Encuentros y desencuentros surgen en el transcurso de toda una vida
pero no son un salto al vacío.
Algunas soledades acompañan, otras fertilizan la añoranza
de todo lo hecho y lo querido.
Texto agregado el 24-08-2016, y leído por 147
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Lectores Opinan
26-08-2016
Es como un laberinto del que vivo no se puede salir supongo. Aunque yo me escapo y vuelvo a cargar papel en blanco. Abrazo. rhcastro
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