Dulce y serena bella como ninguna,
del ocaso al alba se pasea la luna.
Vestida de blanco emerge en la bruma,
se hechiza en tus ojos y en ellos se acuna.
De verdad le envidio su inmensa fortuna,
ella recorre tu piel y tus besos desayuna.
Texto agregado el 23-08-2016, y leído por 209
visitantes. (7 votos)