Ábreme la puerta,
quiero ir desmembrándome
en una acuarela floral.
Ser arena en el azar del viento,
sombra sin horizonte.
Invisible locura de los días martes,
torrente afortunado
con profundo cauce de amor y olvido.
Ábreme la puerta
al desvelo, a la intemperie, a la ansiedad,
prefiero ser brizna
aprendiendo paciente a levantar vuelo,
que prisionero
del mortal pecado de no poder amarte.
Texto agregado el 20-08-2016, y leído por 173
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