Tu sonrisa revolotea en mis crespos,
tu olor entra por la ventana,
impregnada estoy de ti.
A ti te asusta mi ser,
tan decidido, tierno, infame,
violento, tan vulnerable.
Y sin embargo,
aunque te detienes,
avanzas.
Y sin embargo,
aunque yo siga,
no me enredo.
Disfruto tu presencia,
como un regalo,
pasajero y estático.
Disfruto tus besos,
como un refresco
para el alma.
Y aunque no pertenezcamos,
permanecemos,
como tu sonrisa,
en mi sonrisa,
cuando anhelo tu abrazo,
tus besos en mi cuerpo,
tu cuerpo en mi cama,
mi alma, besando tu calma.
|