Me tomas de sorpresa, muñeca.
No hay manera sencilla de decir algo, mas que asentir con la cabeza con un seco SI salido de la nada.
Eres alguien que vale la pena?
Lo eres?
Lo primero que pasa por la mente son todas las cosas que revuelcan mi cerebro, los momentos secretos en que tu mirada es solo mía, los momentos pequeños que compartimos juntos, las palabras que salen de tus miradas cuando se te nota distante y repercute inmediatamente en mi.
Me pregunto: ¿Vales la pena?
De seguro nadie tiene una respuesta para eso; tu y solo tu sabes cuanto vales. No obstante, mi preciosa mujer. voy a darte mi opinión así no me la pidas.
Me revuelcas el mundo cuando me sonríes a los ojos, cuando me recuerdas lo que vivimos hace un tiempo atrás, y vuelvo a la idiotez de esos días. Cuando recibes mi afecto, mis besos en tus mejillas, en tu frente, en tu anhelada boca sideral tan cercana mientras te vuelvo a imaginar.
Busco ser honesto primor, yo te imagino en mil maneras posibles, siendo todo, sin ser nada, te imagino, valiendo la pena para desayunar, para bañarte, para volverlo a hacer con besos, para volverlo a hacer con babitas, impudicias, caricias, nalgadas, miradas, roces, sabores, sudores, problemas, temores, para cocinarte champiñones en mil presentaciones, para dormir en tu pecho, y sentir el palpitar de ese corazón averiado lleno de profundidades, abismos, impulsos, amores. para sentir esa piel recibiendo el calor que emana mi ser físico, y que sientas que si vales la pena para ser querida, pensada, extrañada, deseada, anhelada. vales la pena mujer, vales mucho, mas de lo que tu entiendes, vales la pena para soñar, imaginar, recordar. para vulnerar con respiraciones en el oído mientras te abrazo y siento toda tu humanidad cercana a mi.
Vales primor, vales la imaginación, y el deseo de estar cerca a ti, de demostrarte sin necesidad de lazos, que puedes ser todo. Vales dulzura, solo es cuestión de perspectiva. |