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Los detectives del pueblo.
Ángel y Luis eran dos amigos que vivían muy cerca uno del otro, sólo los separaba una pared o más bien un muro en el cual pasaban trepados sin más que hacer que observar a la gente que pasaba.
Es que estaban de vacaciones y el pueblo era bastante aburrido para ellos, el único entretenimiento era ir a pescar al río que les quedaba cruzando la calle o molestar a las muchachas ya que a los doce años ese era un pasatiempo más que agradable.
Inútil era pedirles que ayudaran en sus casas, según ellos, eso era tarea de mujeres y ellos soñaban con ser detectives.
Se pasaban el día entero vigilando a las personas y a veces hasta las seguían y ni que hablar si llegaba algún forastero al pueblo, eran los primeros en enterarse y averiguar cuál era el motivo de su visita a aquél pueblo olvidado por Dios.
Aquella tarde, un auto negro de cuatro puertas y muy lujoso, conducido por un hombre mayor, de rostro curtido por el sol y mirada furtiva se estacionó a orillas del río y demás está decir que los muchachos lo estaban vigilando.
El hombre no los veía, estaban detrás del muro y por unos agujeritos hechos por ellos, observaban a su antojo sin ser vistos.
Al sentirse solo, el misterioso hombre tomó un paquete que tenía en el baúl del auto, lo miró y sin pensarlo dos veces lo arrojó al río que siendo bastante pesado, se hundió.
Luego de esto, se subió al auto y se fue lo más rápido posible.
Los muchachos, apenas se hubo marchado el hombre, cruzaron al río que en ese tramo era de apenas unos centímetros de profundidad y se tiraron al agua, la curiosidad era muy grande, debían enterarse, como buenos detectives, del contenido del misterioso paquete.
Al poco rato tenían en su poder una bolsa negra que contenía al pesado y bastante parecido al talco que usaban en sus campeones.
A pesar de vivir en un pueblo, ellos eran adictos a la televisión y cualquier película de detectives era un manjar y no dejaban de verla, por eso supusieron que, al igual que en las películas, el paquete contenía droga.
Sin saber qué hacer, volvieron a cerrar la bolsa pero no la tiraron al río, pensaron que lo mejor sería llevarla a casa de alguno de ellos, guardarla para luego idear algún plan.
Al llegar a la casa de Luis, entraron sigilosamente entraron al dormitorio y guardaron el paquete bajo llave en un cajón.
Con más misterio aún, salieron del cuarto pero no sin antes colgar un cartel que decía “NO ENTRAR”
La casa de Luis era la más tranquila, sus padres tenían una agencia de publicidad y trabajaban todo el día, su hermana tenía su propio dormitorio y rara vez entraba al de Luis.
En cambio, en la casa de Ángel siempre había gente, su madre y sus tres hermanos menores, rara vez salían.
Durante la tarde la pasaron muy ocupados tratando de averiguar por qué aquel hombre había tirado el paquete al río y con qué fin.
De pronto, otro forastero detuvo su auto en el mismo lugar que el anterior, se bajó y con un medio mundo que sacó de su auto, trató de sacar algo que los muchachos supusieron, era el paquete que ellos habían sacado del río.
Varias veces introdujo el medio mundo en el río sin resultado alguno, bastante confundido, el hombre se sacó la ropa y los zapatos y se tiró al agua pero a pesar de todo, nada pudo encontrar, entonces, de mal humor se vistió y se fue por donde vino.
Los “detectives” tomaron sus bicicletas y siguieron al hombre quien se detuvo en el único hotel del pueblo.
En el vestíbulo del hotel, el hombre se encontró con el otro forastero, el del auto negro que había tirado el paquete al río y le recriminó no haber hecho lo que le habían mandado lo cual el otro le contestó que sí, lo había hecho y que quizá no había buscado en el lugar correcto, luego de esto se separaron.
Todo esto veían los muchachos sin decir una palabra pero sin perderse detalles de nada.
Lo que no habían visto era que en la calle, dentro de una camioneta habían dos hombres que no perdían de vista a los forasteros y que parecía que los filmaban.
La imaginación de los amigos comenzó a volar por las nubes y pensando lo peor se veían envueltos en drogas, crímenes y asesinatos, igual que en las películas que mil veces vieron.
Corrieron hasta la casa de Luis y luego de hablarlo mucho decidieron ir a la policía y llevarles el paquete que habían encontrado.
En pocos minutos se encontraron en la comisaría, no era la primera vez que entraban debido a algunos vidrios rotos y denuncias de vecinos enojados por algunas pelotas que más vale no mencionar, pero esta vez les sorprendió la limpieza y el orden que reinaba en el lugar así como las lámparas con potentes luces que había en el lugar quién sabe con qué fin.
Pensando que se habían metido en algún lío, les atendió el comisario Funez, un joven muy elegante que parecía que ese día había estrenado uniforme nuevo.
___En qué les puedo servir? Acaso se rompieron algunos vidrios en el vecindario?
___No señor, le contestó Ángel, venimos por algo muy importante y del dicho al hecho le mostraron la bolsa al comisario.
___¿Qué es esto? Les preguntó a los muchachos.
Los jóvenes le contaron paso a paso lo sucedido
Cuando terminaron, el comisario, poniendo su cara más seria les pidió que dejaran todo en sus manos que del laboratorio policial vendrían a llevarse el paquete para examinarlo.
Les agradeció y los felicitó por la excelente labor detectivesca que habían llevado a cabo pero les recomendó que de ahí en más no volvieran a meterse en ese tipo de cosas, que podían ser muy peligrosas, que más adelante podrían ser los detectives que deseaban cuando fueran mayores y guiñándoles un ojo los acompañó hasta la salida.
Muy contentos salieron los amigos de la comisaría para volver al río dispuestos ahora sí, a pescar.
Al llegar se encontraron con Francia, la hermana de Luis que los estaba buscando.
___Muchachos, los necesito, tienen que hacer algunos mandados, mamá los espera.
Dicho esto se fue corriendo.
___¿Qué le pasa a ti hermana, notaste lo nerviosa que estaba?
___Si, le dijo Luis, mejor la seguimos y en lugar de ir a la casa se fueron tras Francia y fue así que se enteraron que la joven iba a comprar un vestido nuevo y eso no era muy frecuente.
¬¬¬___¿Para qué querrá tu hermana ropa nueva, tendrá alguna fiesta de la cual no nos hemos enterado?
Luego de esto como la ropa no les interesaba fueron a ver qué quería la madre de Luis.
Al llegar a la casa encontraron un gran alboroto, había sillones nuevos y lámparas por todos lados.
Cuando Luis le preguntó a su madre para qué era todo eso ella le contestó que a las veinte horas tendrían invitados y que era mejor que fueran a bañarse y a cambiarse de ropa, de ninguna manera los quería ver sucios delante de la gente y que además no llegaran tarde.
A pesar de que el baño para ellos era mucho mejor en el río que bañarse, vestirse y perfumarse.
A las veinte en punto comenzaron a llegar los invitados, parecía que el pueblo entero estaba allí pero lo que más les llamó la atención fue la presencia de los dos hombres que ellos habían perseguido en la tarde y no sólo ellos, también estaba el comisario con sus mejores galas.
No entendían nada y comenzaron a ponerse nerviosos y más aún cuando el comisario se acercó a ellos y les dijo:
___Hemos detenido a los vendedores de drogas y quiero presentárselos.
Ángel y Luis cada vez entendían menos cuando el comisario llamó a los dos hombres quienes muy serios se acercaron.
___¿Así que ustedes son los detectives del pueblo?
La próxima vez debemos tener más cuidado, nunca se sabe quién nos vigila, nos hicieron pasar un buen susto, cuando mi compañero no encontró el paquete en el río, no sabíamos qué hacer y…
En ese momento la madre de Luis se acercó y les dijo:
___Me alegro que estén aquí, muchachos quería presentarles a los actores Enrique Fuentes y Néstor Galeardo, tu padre y yo estamos filmando un cortometraje que involucra a casi todo el pueblo incluyendo la comisaría, que trata de un tema tan importante y actual como lo es la droga.
Como nunca están en casa, no tuve tiempo de contarles que el río fue el lugar elegido para la filmación pero como ustedes son los detectives del pueblo, supuse que lo sabían.
Los chicos, muy avergonzados se retiraron de la fiesta y ese verano los vecinos del pueblo se quedaron sin detectives, ahora tienen otro pasatiempo, en pocos días habían madurado y crecido, las chicas eran ahora, su prioridad.
Omenia
___

Texto agregado el 11-08-2016, y leído por 204 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
12-08-2016 interesante seroma2
12-08-2016 Yo de verdad pensé que habría algún asesinato ! ********** Muy bueno !! pintorezco
11-08-2016 Jajajaja.Todo era por un corto metraje.En todo caso,buena la actitud de los muchachitos Un mejor final ***** Un beso Victoria 6236013
11-08-2016 Un cuento muy lindo y bien relatado, los chicos jugando siempre hacen de las suyas.Menos mal que todo fu una filmación jaja.***** Besos lagunita
 
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