Tu mirada que me miraba ya no me mira.
Tu suspiro que me reclamaba ya no me busca.
Ya no estiras los labios para besarme en el aire
como nos besábamos,
pero sonríes cuando sin querer nos encontramos.
Eres el mejor secreto que yo tengo guardado
y lo voy apretando contra el pecho
para que nadie juzgue este amor sin remedio.
Todavía palpita tu corazón acelerado en el mío,
cuando llegabas callada, tranquila y ansiosa
para verte conmigo.
Todavía siento tus manos temblorosas
Cuando me acariciaban como a un niño.
Aún puedo ver tus ojos que se miraban en los míos
y se me eriza la piel cuando resuenan en mis oídos
cada uno de tus latidos, cada segundo de tus suspiros.
Ya no me miras como me mirabas y ya no me buscas
como en esas tardes me buscabas.
Yo sin embargo, te extraño como te extrañaba.
¿Sabes una cosa?
Mañana cuando, otra vez, nos crucemos
te voy a besar como te besaba.
Cerraré los ojos y me iré a buscarte en el mismo lugar
donde te dejé aquella tarde soleada:
en una esquina de mi mente risueña y apasionada.